El directo televisivo es una forma de transmisión que permite que los contenidos audiovisuales se emitan en tiempo real sin intermediarios o edición haciendo que su visualización sea inmediata, a la par de su captura. Estos pueden ser programas de noticias eventos deportivos, conciertos en vivo y programas de entrevistas. Es utilizado como un medio de comunicación y entretenimiento donde los espectadores acceden directamente y en el momento a temas de gran importancia o relevancia con mayor rapidez a diferencia de leerlo luego en el diario o verlo en un video de YouTube una vez terminado el suceso/hecho, esto le da un sentido de inmediatez al contenido. Además tiene como característica la simultaneidad masiva a la cual acceden los espectadores que experimentan dicho directo televisivo.
En el segundo video elegido podemos escuchar como le dicen a los astronautas que "ellos son los únicos que no tienen cobertura televisiva de la escena", nuevamente haciendo referencia a esta simultaneidad masiva de este hecho histórico para la humanidad en su sentido mas literal. A la vez, las intenciones de los hechos y consecuentemente su transmisión, estaban pensadas en un función a la carrera espacial que se estaba dando entre EEUU y la Unión Soviética, por lo cual el mayor alcance al que se pudiera acceder (donde solo quienes no habitaran la tierra, , iban a perderse el suceso) únicamente podia ser otorgado por el directo televisivo.
Videos usados
¿Que es el directo televisivo?
Para realizar esta práctica, debemos primero elegir un material del Hotlglue de la materia según su estrategia de puesta en escena, para luego recrear nosotros una puesta de directo simulado. Elegimos la instalación de arte “Legend”, hecha por Candice Breitz en homenaje a la leyenda del reggae, Bob Marley. La video-exposición fue instalada en el Museo de Arte Contemporáneo de Denver, y es así; en una pantalla son proyectadas múltiples viñetas en las que cada una muestra una persona cantando a su ritmo y manera el tema “Stir it up”. La gracia está en que lo que se escucha no son sus voces individuales, sino la unión de todas, ya que debido al sincronizado de las viñetas, se crea un coro involuntario.
Lo que observamos como estrategia de directo simulado es la compaginación simultánea de distintos momentos. Cada persona que fue traída para cantar fue grabada en la misma ubicación, frente a la misma cámara y al mismo telón de fondo. Lo que se genera como puesta en escena es que cada uno de los sujetos canta la canción en soledad, sin tener referencia alguna que oriente su canto. Por lo tanto, al unir estos videos se superponen voces que cantan a distintos tonos y velocidades, que en descoordinación se pisan y se oponen, pero que sin embargo logran fabricar un sonido singular.
El coro no termina de ser ni una mezcla de distintas voces individuales, ni una entidad del todo unida. Es un poco de las dos; porque la gente se hace notar y resaltar (hay voces más graves, otras más energéticas, y alguna que otra que incluye armonías y versos de más); pero también porque existe una unión entre ellos que va más allá de estar sincronizados, que tiene más que ver con un lazo cultural que con cualquier otra cosa.
Recordemos el tema que se canta; “Stir it up”, uno de los más famosos y conocidos del artista. Es uno que cualquier persona reconoce, y que las comunidades afroamericanas de Norteamérica le tienen un apego en particular. Al final lo que hace esta exposición es reafirmar la importancia que tienen la cultura y el arte en el día a día, y la influencia que tuvo Bob Marley para comunidades que a pesar de estar lejos de su país natal se sintieron identificadas. La cultura es aquello que impregna la vida de una persona, que moldea su personalidad e individualidad, y que por experiencias similares y referencias en común, puede ser comprendida por el otro.
Nuestro trabajo práctico.
La técnica que queremos extraer de la obra de Breitz es el uso del video sincronizado para pensar la relación entre la individualidad y la cultura. En nuestra reinterpretación, mantendremos la unión sonora entre planos, pero el efecto producido será otro…
Una publicidad de la Copa.
En nuestra reinterpretación, abordamos el uso de la compaginación de distintos momentos, pero no contamos con múltiples individuos, sino con uno solo en distintos lugares de su casa a lo largo del día.
Aquí, la relación entre individualidad y cultura no se visualiza en la unión explícita de gente de una comunidad, sino que en la fuerte presencia que tiene la cultura, en este caso el gol que trajo un mundial a la Argentina y su recuerdo, en el plano cotidiano. En efecto, se trata de otra publicidad de la selección, otra de las tantas que abundan en tiempos de Copa.
Es aquí donde traemos a la mesa otro material de referencia, también vinculado al Directo Televisivo. En la serie “Atlanta” de Donald Glover, un capítulo es narrado únicamente mediante spots de televisión, principalmente por publicidades. El resultado es un conjunto de publicidades de apariencia real, cuyas funciones no es vender sino entretener, y que por lo tanto se llenan de un significado humorístico y paródico.
Vinculándolo a nuestro trabajo, éste fue realizado en Julio de 2024 durante la Copa América, en pleno apogeo de referencias mundialistas. “Huevo Dibu, Huevo”, “Qué miras bobo?”, las cartas del McDonalds y el himno tocado en guitarra eléctrica son solo unas de las miles. Lo que sucede es que este fuerte episodio cultural que es haber ganado un mundial está siendo explotado hasta morir en el ámbito del marketing. Este es el aspecto de la cultura que nos interesa retratar; su faceta manipuladora, y su relación con el directo televisivo.
La intención es que nuestro video remita a la emoción genuina de la victoria de aquella final de Qatar 2022. El gol del 2 a 0 es recordado en distintos momentos cotidianos y parece iluminar la escena con su recuerdo. La unión de los relatos crea un coro similar a los gritos de gol que se escuchaban desde los balcones y que se llevaba el viento en ese día tan hermoso donde el mundo se puso en pausa y la atención se puso en una pelota de fútbol. Pero todo cambia cuando se revela que esa emoción fuerte es así porque fue creada, fabricada, para ser sentida así. Cuando entendemos que el video está apuntado específicamente a nosotros y a nuestras emociones con el fin de vendernos un producto, se revela el artificio, y la percepción es otra; uno se siente manipulado, engañado, y que le están robando desde el aprecio a su propia cultura.
Videos usados:
TP DIRECTO
Foto investigación autorretrato
Al momento de realizar el ejercicio de las 100 preguntas y desglosarlas, encontré que el tema en común y predominante era la inseguridad. Partiendo desde ahí me enfoque en diseccionar mas y hallar los orígenes (o derivados) de dicha inseguridad, pude englobarlo en otras 3 temáticas las cuales serán eje central de mi autorretrato. La familia, cultura y nostalgia. Un aspecto interesante que quiero abordar es la representación de las diferentes culturas que hay en la Argentina en mi caso es la Paraguaya, por lo tanto mi idea es recrear un mesa típica de almuerzo de domingo de mi familia, esta mesa junto con sus elementos son algo que eran muy comunes cuando era chica e incluso antes de que yo naciera, la nostalgia de esta representación deviene del hecho de que mis domingos, y los del resto de mi familia, ya no se ven así.
La mesa estaría compuesta por elementos tangibles con los cuales se podrá interactuar como; el trapo que usábamos como servilleta colectiva, el único plato diferente en la mesa (que era el mío), el mantel tejido por mi mamá. También se hará uso de monitores para terminar de componer la mesa, en estos se podrán ver dichos elementos siendo usados dentro de la imagen en loop (intervención pregrabada)por lo que simula ser mi familia en la dinámica del almuerzo; una botella de cerveza Quilmes, una bandejita con mandioca hervida (acompañamiento típico del asado en Paraguay) y por ultimo la silla de mi abuela vacía en la cabeza de la mesa, esta ultima no tendrá intervención denotando la ausencia de quien hacia encuentros como el que intento representar, posibles.
El ultimo material tangible donde todo es como lo recuerdo y como lo que intento replicar es material de VHS que rescato mi mamá hace 2 años. Quería incorporar como soporte sonoro, los fragmentos de las reuniones al rededor de dicha mesa (cumpleaños, almuerzos, etc..) que justamente son los momentos de los cuales mas material tengo. Se oyen todas las voces que solían habitarla, intervienen gritos de mi abuela, risas de mis primos y yo cuando éramos chicos. Estas voces pueden ir diluyéndose hasta el silencio absoluto instaurando la nostalgia por perdida de ese momento y terminando en el estado actual, una mesa inhabitada y un recuerdo que vuelve al presente por un momento, la duración de la presentación, y se pierde o regresa al pasado cuando la misma termina.
NEW BOOK
AUTORRETRATO - NARCISA HIRSCH
MI RELACION CON EL CINE
Cuando tenía 2 años, mi mamá me llevó al cine por primera vez. Ahora que lo pienso, me hubiera molestado mucho ver a una nena de 2 años entrando a ver la misma película que yo. Va a llorar, no va a dejar ver la película en paz, pensaría.
No es por presumir, pero yo no era así. Los chicos de ahora tienen el celular, y yo tenía la tele, frente a la cual me quedaba horas y horas viendo lo que fuera. Me gustaba todo. Me sentaba en silencio y miraba, y si la apagaban, lloraba.
Ese día fuimos a ver Chicken Little. Mi mamá me cuenta que durante esa 1 hora y 20 minutos, mis ojos no se despegaron de la pantalla. No lloré, no me dormí ni me distraje. Me cuenta que cuando encendieron las luces, ella estaba preparada para mi llanto, pero este fue reemplazado por la fascinación de una niña de 2 años que nunca había estado en una sala de cine. Todo le maravillaba: la pantalla gigante, los parlantes en las paredes y los telones que cubrían las salidas de emergencia debajo de la pantalla.
A los 3 años nos mudamos con mi abuela, y mi obsesión por mirar la tele no cesaba. Pasaba tanto tiempo frente a ella que era imposible perderme las películas que pasaban por el 11, el 13 y el 9. Con Casi Ángeles de por medio, fui creciendo, y ya sea que lo consideren irresponsabilidad o libertinaje, a mí nunca me prohibieron ver nada. Así que, después de cenar, iba a la pieza de mi abuela y miraba Chucky, El juego del miedo o la que tocara esa noche en el canal 9. El acuerdo era que, si me la bancaba, podía ver las pelis de terror que quisiera.
Ya a los 5 años, los sábados a la mañana consistían en Supermatch y la película que le seguía después. Casi siempre era un misterio cantado: Prohibido pasar, Hércules vigila, Babe, el chanchito valiente, o cualquiera de las hermanas Olsen. Eran algunas de mis favoritas. Supongo que las películas de mi “época” (las cuales vi un poco más de grande) estaban en la tele de cable, a la cual no accedí hasta los 8 años.
Un día, mi mamá volvió de la feria con un CD de esos que comprabas en bolsita o a veces en cajita. Se llamaba High School Musical, y la vi hasta que se rayó el disco. Le preguntaba a todos cuál era su película favorita solo para responder que la mía era HSM y poder hablar sobre ella. Y, quién sabe, convencerlos de que la miraran.
Hasta ese momento, veía las películas como una extensión de mi obsesión por estar sentada frente a la tele por horas sin fin.
No me imaginaba creando las historias; yo quería estar en las historias, quería actuar, quería ser una Olsen, otra realidad.
Ese deseo se fue disipando un par de años después de empezar teatro/comedia musical/actuación. Nada me convencía. Nunca me sentía 100% cómoda siendo vista por cientos de personas en la muestra anual, y no me parecía que algo que veía y me gustaba tanto se tenía que sentir así.
Era mucho más que vergüenza; era sentir que no pertenecía. Lo dejé, pero me dispuse a encontrarle la vuelta.
Sin entrar mucho en detalle, mi preadolescencia fue abruptamente muy solitaria y, por supuesto, un momento de mi vida en el que además de sentirme incomprendida, también me sentía desesperanzada por mi futuro. Sabía quién NO quería ser, pero no sabía quién, y mucho menos QUÉ quería hacer.
Un día decidí ir al cine sola por primera vez. Ni siquiera recuerdo qué vi. Sinceramente creo que no le presté mucha atención al contenido, pero sí identifiqué lo que hacía que mi constante se haya convertido en mi constante. A través de todos esos años donde desee tantas cosas diferentes y cambié todo de mí una y otra vez, lo que nunca cambió fueron mis ganas de ver una película.
Entendí que me hacían sentir acompañada, que me refugiaban, y que por eso no había sentido la necesidad de crear mi propio refugio hasta ahora. Sin importar lo que estuviera pasando, nunca me sentía sola al ver una película, y ahí le encontré la vuelta: no quería estar frente a la cámara, quería estar detrás de ella.
Me di cuenta de que había podido salir de un lugar solitario y sin rumbo acompañada por las películas que vi, y quería, esta vez sí, ser yo quien creara ese refugio y compañía para quien se sintiera como yo lo hice algún tiempo atrás.
Hoy en día, entre muchas otras cosas, veo al cine como mi compañero eterno.
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